Entrevista Amatria
«Me gustaría saber lo que es tocar para mucha gente, ver a una masa enfervorecida, cantando las canciones y poder ser el dueño de sus emociones en ese momento.»
El pasado viernes, tuve el placer de charlar largo y tendido con Joni Antequera, más conocido como Amatria, antes del concierto que iba a dar en Albacete, en la nueva Sala Caribou.
Nunca le había visto actuar en directo, ni había coincidido con él en ningún festival, y la verdad…¡es que me dejó sin palabras! Hacía tiempo que no me sorprendía tanto en un concierto, tanto por el directo que llevaban, como por el ambiente que él y sus músicos crearon desde el momento uno en que aparecieron en la Sala (no vi ni a una persona que se quedara quieta al ritmo de su son).
Albacete vibró, y vivió intensamente el concierto durante la hora y media que duró aproximadamente el show. Al igual que la Sala Caribou, no decepcionó, tanto por su sonido como por el juego de luces que fusionaba a la perfección con la música y los temas del último disco de Amatria. Supieron acoger con elegancia a este artista que va a dar mucho que hablar durante este año y seguramente los próximos. ¡Acuérdense de mis palabras!
Vamos a conocerlo un poquito más a través de la entrevista que nos concedió en exclusiva y que comparto con todos vosotros:
Así para romper el hielo…¿Quién es Amatria?
Amatria realmente es el músico, el productor digamos. Bueno es mi segundo apellido, o sea que sí que tiene parte de mi. No es un personaje porque tiene mucho de mi, pero sí que tiene algo de magia, de darle un poquito de literatura al la historia.
¿Qué pretende transmitir tu último disco?
No sé si lo transmite, pero creo que sí, o sí que explica muy bien una transición, el cambio a Madrid (vivía en Valencia). El miedo al avance, a que te salga bien o mal. Este cambio fue muy duro al principio. Es una apuesta. Llegas tú solo… Todas las canciones hablan de ese proceso, y de cosas que me han pasado. “Chinches” por ejemplo habla de una de las cosas que me ocurrió. Justo esa canción es la que más ha molado, parece ser.
Un poco en base a tus experiencias…
Sí, son todo experiencias realmente. Excepto «El Golpe» que es un experimento de hacer un “Hit”, un golpe, cogiendo cosas de otros, luego haciendo lo mío y hablando precisamente de aplicar este tipo de habilidades que hago con otros proyectos a mi.
Salvo esa canción, todo lo demás son experiencias de esa transición.
¿Cómo fueron tus comienzos, por qué empezaste a cantar?
Fue porque a mi me gustaba mucho, y siempre tenía la idea de lo típico, aprender a tocar la guitarra. El primer año que estuve de carrera en Valencia me cayó una guitarra en el colegio mayor y empecé a conocer unos acordes. También había como una sala de batería, entonces aprendí a tocar la batería yo solo con “Coldplay” y así me empezó a picar el gusanillo de qué guay…tocar…que suene, porque no tenía ni idea de música.
Ese mismo año me bajé un programa y entonces aprendí lo que era el MIDI, a poner aquí una batería, allí lo otro, etc, e hice una canción…¡absurda! No sabía ni lo que estaba haciendo (risas). Ponía MIDIS y cuadritos, veía que sonaban bien y cantaba por encima, e hice un par de canciones muy cutres ese año (que las tengo por ahí todavía). Luego me fui comprando un equipo mejor, hice una banda… Hasta que poco a poco he ido dedicándole más tiempo y de verdad la decisión fue cuando dejé el trabajo, ahí realmente dije «vale, me voy a poner a aprender de verdad producción, música, armonía…» Y ahora ya sabes donde estoy.
¿Qué significó la “buhardilla” para ti?
La buhardilla no es en la que vivo ahora, no es en la que he vivido en el proceso de crear el disco, pero sí fue un tiempo que estuve viviendo dos meses en la buhardilla de un amigo mío, Rafa, que es actor y estaba ahí en el barrio de Lavapiés, muy bohemio todo, y cuando llegué pues el ambiente era “bebiendo cafés, un vinito…”. Era todo muy de arte.
Yo salía a la calle en Valencia y había muy poca cosa. Ahora llegas al barrio de Lavapiés que está al lado del barrio de Las Letras…que está lleno de teatros, es otro rollo. La buhardilla fue un poco eso, era como un descubrimiento, era notar la efervescencia, y claro me ocurrieron cosas malas también, porque era una buhardilla de mierda, te tenías que tumbar en el suelo para tender, tenías que ducharte agachado y tenía mil cosas chungas! (risas) pero fue muy guay.
Quizás el sitio era una mierda, la situación también: mi anterior manager no me hacía ni caso, ni me cogía el teléfono, ni nadie me hacía caso, nadie necesitaba lo que yo hacía. Era como luchar contra una destino incierto y yo estaba feliz, porque sentía que ese era mi lugar.
“La Buhardilla” con las chinches, los bichos y las cucarachas por ahí. [He de decir que mi cara de estupefacción iba in crescendo, Amatria continúa: ] ¡Si si! pero era mi sitio, tenía ese instinto, esa sensación, y al final fue así. Así que bueno, no lo puedo resumir mucho pero eso fue la buhardilla para mí.
¿Tienes alguna cicatriz de aquella experiencia? Física, emocional…
No, porque es un paso inevitable para llegar a lo que voy a llegar y a donde estoy ahora, que ya estoy mejor. Ahora mismo mi posición no tiene nada que ver con lo otro, ahora ya tengo gente que apoya detrás y que confía. Creo que ahora ya es cuestión de trabajar, ¡no de darte tortazos contra la pared! Es cuestión de seguir trabajando. Pero claro, lo que viví era un paso necesario.
Entonces, no tengo ninguna herida que decir, porque además yo creo más que las cicatrices son más de lo que no haces que de lo que haces, tengo esa convicción, y justamente yo hice lo que tenía que hacer. No sé…¿heridas? Yo no lo volvería a pasar, o sea, no sé si tendría fuerzas (risas) para volver a pasarlo, porque vaya, era una situación un poco miserable. Aún así por dentro estaba feliz y sabiendo que era mi momento de estar ahí. Pero te digo eso, quiero ir poquito a poco hacia arriba pero no quiero volver a ese punto, fue duro, ¡fue duro! No hay cicatriz pero oye, aprendizaje seguro.
¿Encontraste “El Golpe” o sigues en su búsqueda?
«El Golpe» que quería sí, yo creo me salió un “hit”. Si si, sí que lo encontré, lo que sucede es que no sé cómo va a funcionar. De hecho lo sacamos esta semana, el día 2 de noviembre sale el videoclip, y sí, no sé si irá mejor que «Chinches» o no. Que es un «hit» lo he conseguido, y yo estoy muy contento.
El videoclip está rodado en Perú, en un proyecto llamado “Alto Perú Sur”. Lo que hacen es sacar a jóvenes que están en peligro de marginación o de la mala vida en el Alto Perú que es una zona de favelas. Entonces a través del deporte los intentan sacar de esta situación, inculcarles unos valores…Tampoco yo es que sea muy entendido, porque quién de verdad lo ha hecho es el director, Jesús Plaza y es el que se ha encargado de todo y el que lo ha hecho guay. Yo es lo que he entendido de los que ellos hacen, y justamente además de surf, tienen el kick boxing, entonces era genial para la canción. Una historia de “El Golpe” con un chaval ahí luchando, me encantaba la idea y ha salido muy bien.
¿En qué momento te encuentras como artista?
Pues me encuentro en que hay grandes expectativas. Lo siento así porque es lo que recibo, la gente que quiere trabajar conmigo, tienen interés… Yo creo que el momento es de grandes expectativas pero de momento no hay nada, concretado. El trabajo está bien hecho, estamos siguiendo bien, pero tengo ahora el acojone porque ahora nos enfrentamos a una gira a taquilla en muchos sitios y es una inversión.
Y ahora tengo ese pequeño miedo del avance, es el miedo al saltar, al ir subiendo… Pero realmente es lo que hay que hacer, si no no avanzas, el momento es ese. Feliz, muy contento con lo que está pasando, pero mirando un poco con prudencia al futuro a ver cómo lo sacamos adelante.
«¿Sabes? Yo realmente no me considero músico, sino creador, me gusta hacer cosas o me salen hacer cosas.»
¿Eres una persona que no puede parar de crear y siempre estas en ello?
En general, aunque no esté haciendo música, desde pequeño siempre hago cosas, me imagino cosas, hago mucho el payaso. Porque me cayó una guitarra, si me llega a caer una cámara de vídeo pues sería director. ¿Sabes? Es algo que yo realmente no me considero músico, sino creador, me gusta hacer cosas o me salen hacer cosas. Claro, como me dedico a la música tengo una cierta facilidad, lo noto, en cuanto a compañeros de profesión y tal, noto que tengo una cierta facilidad a crear cosas. No sé si esto es algo de lo que luego se te vaya acabando, pero por ahora estoy muy tranquilo.
Sí que es verdad que a veces, haces algo para otro, una producción, y dices: «¡ostia como mola esto! me lo podía haber quedado yo». Pero no, confío en que cuando me ponga con mi disco me va salir algo mejor.
Al final es un aprendizaje, yo aprendo a hacer cosas para otros también. Yo con Amatria hago lo que me sale, y con la gente que te pide cosas pues como que te metes en otros mundos, luego te puede servir a ti para hacer lo tuyo también.
Un lugar donde te gustaría tocar.
Me gustaría saber lo que es tocar para mucha gente, ver a una masa enfervorecida, cantando las canciones y poder ser el dueño de sus emociones en ese momento. Con eso sí que fantaseo mucho, en ese momento ser el jefe. Me gustaría saber lo que es, fundirse con tanta energía, debe ser muy guay.
Podrías decirme un compositor que te inspire o que te guste mucho.
Hay un montón, Andrés Calamaro por ejemplo me encanta, y luego Jota (Los Planetas) para melodías y letras creo que es de lo mejor que hay nacional y también me gusta Joaquín Sabina, no sé por qué la gente lo odia, a mi me gusta mucho. Supongo que los típicos, hay muchos más, pero esos 3 los escucho mucho y me inspiran mucho.
¿Y te gustaría colaborar con alguien en especial?
Así en especial, en especial…No, no tengo a nadie que diga «me encantaría hacer algo con esa persona a ver qué sale». Tengo mis fantasías, por ejemplo hacer una canción con “The Knife”, imagínate… Pero por ahora no tengo nada de hacer algo con nadie, pero bueno me abro a todo, me encanta investigar y conocer cómo trabajan otros artistas, compartirlo con ellos.
Yo siempre comparto todo, he compartido los “streams” en la web para que la gente se los baje…Nunca me cierro a explicar cómo trabajo yo. Así que sí, ¡saldrán cosas!
Tu tema preferido del disco.
¡Esta pregunta es muy complicada! Pero “Hay miedo” me parece un super tema. Además cuando la compuse, justo empezó a entrar la luz en la nueva buhardilla y yo empezaba ya a estar en mi lugar, encontrando mi sitio. Me acuerdo de sentir, ver el sol, sentirme en armonía total con lo que estaba haciendo, con el lugar… Pensé, esto es lo que quería.
Esa canción ha absorbido mucho de lo que yo he vivido, ya con la estabilización, de llegar a una armonía en mi vida. Y creo que se ha pegado. Al final, hablo de una metáfora que es quemar la balanza (o sea el raciocinio), has quemado la balanza totalmente pero ese fuego te ilumina. Tiene por eso, mucho contenido y a nivel de producción está muy bien hecha, tiene muchos detallitos.
Si tuvieras que aprender a tocar un nuevo instrumento, ¿cual sería?
El piano. A mi me encantaría tocar a dos manos bien, hacer las armonías y poder componer en piano me gustaría mucho también. Lo tengo ahí como una espina, y me la quitaré algún día cuando todo se estabilice, y vaya, a lo mejor lo cumpliré.
Ahora tienes que responder la pregunta que otro grupo dejó para ti, y fueron…[IZAL]: ¿Te arrepientes de haber hecho alguna canción?
No, rotundamente, no me arrepiento. Es lo que sentí en ese momento, no me arrepiento.
¿CÓMO DEFINIRIAIS LA MÚSICA?
La música es un lenguaje, como el arte, creo que objetivamente es eso.
¿QUÉ ES LA MÚSICA PARA TI?
Para mí, la música ahora ya se está convirtiendo en un modo de vida y la forma en la que me voy a ganar la vida más intensamente.
Aquí os dejo una recopilación con las mejores fotografías de nuestra entrevista + concierto. ¡Que las disfruten!↓
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