ZAHARA presenta su nuevo trabajo «PUTA»
«Este es un disco que coge el silencio y hace algo con él, que se reapropia del insulto y del dolor, de ese dolor que no es un accidente ni tampoco producto de la mala suerte, sino un dolor provocado por los demás.»
«Un exorcismo es siempre un conjuro, una forma de expulsar el interior hacia el exterior, un exorcismo es siempre un acto de fe en uno mismo, en los días que vendrán, en el futuro y en la vida. PUTA, el nuevo disco de Zahara, es un disco que funciona como un exorcismo colectivo, el de un cuerpo con múltiples voces, con todas las voces, que se elevan desde la gravedad del estómago hasta los techos de una santuario pagano. Este es un disco que coge el silencio y hace algo con él, que se reapropia del insulto y del dolor, de ese dolor que no es un accidente ni tampoco producto de la mala suerte, sino un dolor provocado por los demás. Recoge ese insulto y ese dolor y lo acuerpa, lo devuelve al cuerpo y luego lanza ese cuerpo al aire libre de donde nunca tuvo que haberse ido.
PUTA es un disco sobre la intimidad, sobre un desvelo, sobre descorrer un velo de carne para mostrar lo que nunca se muestra por miedo al qué dirán. Esta es una verdad tan reluciente que quema, porque este es un disco que hace que nuestros oídos ardan, que se prenda todo lo escuchado para que se produzca un cambio colectivo. Esto es una decisión política: colocar el cuerpo desde la ausencia hasta la presencia. No es un relato romántico, tampoco halagador, ni idealizado. Esto no es un soy más fuerte porque me hicieron daño. Es un me hicieron daño y me dolió y por eso arrastro esta mierda hasta el día de hoy. No agradezco la violencia, vivo con ella y la denuncio. Esto es también un toque de atención a todos los hombres que necesitan un abrazo, que no saben pedirlo y que hacen todo lo contrario para que no se note que lo necesitan. Esto es una máscara que cae y un llévame a bailar. Siempre a bailar.
Este es un disco que habla de la reputación de una mujer presa de la expectativa ajena, sepultada por mostrarse demasiado todo o demasiado poco algo; esta es la búsqueda de un lugar, de una esperanza, una forma de destronar la idealización y coronar a la fragilidad como única forma de estar en el mundo.
Esto es un tic tac.
Y también es una invitación, porque una canción (o muchas canciones cosidas a un mismo sitio) es siempre una posibilidad para que pensemos colectivamente qué estamos haciendo aquí.
Zahara ha parido para su hijo: para que sepa quién es su madre.
Ojalá todas las personas tuviéramos la oportunidad de saber quiénes son las nuestras«.
– Roy Galán