Entrevista a Kitai: 4 Pirómanos en todos los niveles
«Estamos 24/7 “in”. Con la cabeza siempre en la banda, viviendo por y para ella. Debido a esto, estamos en todo momento pensando nuevas formas de show, nuevas ideas, nuevo arte en el escenario.»
Kitai era el típico grupo que me iba sonando de verlo en letra mediana en los carteles de festivales, te llama el nombre y le prestas atención. Una vez los escuchas no puedes negar que no hay nada en el panorama musical nacional con lo que comparar…
Podemos hablar de un cuarteto de rock compuesto por unos chavales que comenzaron reventando concursos de bandas emergentes, Wolfest 2012 y la tercera edición del Termómetro Rolling Stone es prueba de ello. O que incluso llegó a financiar su segundo disco gracias a un torneo virtual de tenis organizado por el Open de Madrid, ganando los tres primero premios.
Kitai es sudor, rabia y locura.
- ¿Cómo fueron los inicios de Kitai?
Nos juntamos cuatro músicos con la misma inquietud: nos flipaba la música. Entonces empezamos a crear canciones, a tocar, tocar y tocar sin parar, 24/7 en el local de ensayo. Y desde ese punto de inicio hemos ido creciendo como personas y como músicos y somos lo que puedes escuchar y ver en “Pirómanos”, con la misma inquietud, ilusión y ganas que teníamos al principio o más, si cabe.
- Parece que ni ensayáis y sois unos “Viva la virgen”, pero detrás lleváis mucho trabajo y muchas horas. Además creo que la puesta en escena, aunque sea una auténtica locura, necesita ser preparada. Contadme ese proceso.
No hemos invertido más tiempo en nuestras vidas en otro proyecto o trabajo que no sea Kitai. Como hemos dicho antes, estamos 24/7 “in”. Con la cabeza siempre en la banda, viviendo por y para ella. Debido a esto, estamos en todo momento pensando nuevas formas de show, nuevas ideas, nuevo arte en el escenario, etc. A partir de ahí empiezan a salir las ideas que se nos ocurren, como son la puesta en escena y el arte extra musical que se encuentra en nuestros trabajos.
- Habéis depurado un estilo muy vuestro, la voz de Alex e incluso su propia estética, el modo de aporrear la batería o de toquetear el bajo. El mejor ejemplo que se me ocurre es el momento Sonorama 2016. Sabéis que fue algo muy fuerte.
Somos conscientes de ello, ese día fue una auténtica pasada, y le tenemos muchísimo cariño a la gente del Sonorama por habernos tratado como en familia, brutal todo. Con el paso del tiempo sí que es verdad que vamos depurando nuestro nuevo estilo. Crecemos y vamos unificando el concepto Kitai, ya que la unión de los 4 miembros cada vez es mayor.
- Ahora habéis fichado por Sony Music, ¿cómo está siendo esta fase?
Una auténtica locura todo lo que nos está pasando. Estamos recibiendo mucho apoyo con este nuevo disco, Sony ha sido un paso más en nuestra pequeña pero intensa carrera. Es emocionante y muy alentador que una compañía de este calibre se fije en tu proyecto, pues quiere decir que estás haciendo las cosas bien. Tenemos la filosofía del trabajo inculcada a muerte, sabemos que sin él no se llega a ninguna parte y seguimos trabajando desde el minuto 0.
- ¿Cuál diríais que es la diferencia entre Que vienen (2015) y Pirómanos (2017)? En todos los niveles…
“Que Vienen” lo hicimos en 2015 y “Pirómanos” en 2017. Suena algo obvio, pero las ideas que salen de dentro de nosotros mismos no son las mismas de un año para otro. Los gustos evolucionan, adquirimos una mayor sensibilidad para el arte y vamos creciendo y mejorando como músicos. Esto hace que no sean similares las ideas de un año para el otro. Tenemos que dar crédito a la persona que ha estado en los mando de este último trabajo, que es Juanma Latorre, guitarrista de Vetusta Morla. El tío es la persona con más talento que nos hemos encontrado nunca… y no estamos exagerando. Aparte de ser un crack y un amor como persona, se ha involucrado a “full” con nosotros desde el principio, ha sido un 5º Kitai y nos ha explotado la cabeza con sus ideas y aportaciones. Definitivamente nos encantaría seguir currando con él en un futuro.
- El 3 de Noviembre presentasteis el nuevo disco en la Joy Eslava… he visto lo que pasó con Deivhook. ¿Preparado? ¿cómo lo describiríais?
Sí, algo de este calibre tiene que estar preparado porque son muchas las condiciones necesarias que hay que cumplir para llevarlo a cabo. Lo describimos como algo muy Kitai. Como ya hemos mencionado, nos flipa innovar, y la movida de la tarima con la batería encima surfeando a la gente es una muestra de ello.
- Con tanta energía y difícil de canalizar, ¿qué es lo más raro que os ha pasado encima de un escenario? ¿y en el local de ensayos?
Una vez una fan se subió completamente en pelotas al escenario mientras estábamos tocando… flipamos bastante. En el local: ver a Raphael bajarse de una limunisa para ir a ensayar su gira.
- El próximo 17 de Febrero tocáis con Shinova, un grupo que ha cambiado/evolucionado mucho desde sus inicios. ¿Creéis en el cambio o en la evolución de las bandas?
Totalmente. La evolución de una banda es algo inherente a las personas que la componen. Nuestros amigos de Shinova son un claro ejemplo de ello, todas o prácticamente todas las bandas suelen sufrir cambios debido a su evolución.
- Vuestras letras llevan mucha energía y rabia contenida, ¿en qué os inspiráis? Con Nº 1 o El Enemigo, ahí veo liberación y picorcito… nada que ver con Lejos o el concepto de vivir de Sientes el Golpe.
Son sensaciones, ideas, ocurrencias y vivencias que suceden en nuestras cabezas o en nuestras vidas. La inspiración puede llegar en cualquier momento, pero para materializarla en forma de canción hay que estar trabajando.
- Lo más contrario en cuanto a similitudes con vuestra música… nombrarme lo más diferente que podéis escuchar a vosotros. Como me digáis reguetón me matáis…
El trap.
- Banda con la que os gustaría coincidir.
Biffy Clyro.
- Sala en la que deseáis tocar.
Sala La Riviera.
- Festival a la vista…
De momento podemos avanzar que estaremos el 25 y 26 de mayo en el “Iruña Rock”, en Pamplona, con amigos como La Raíz, La M.O.D.A. y muchos más.
- Y por último, pregunta obligada. ¿Qué es para vosotros la música?
Lo es todo. Es una forma de vivir. Para nosotros Kitai es nuestra música, esa sensación que no sabes de dónde viene, pero que te da la vida y nos hace felices, nos hace tener mucha energía o estar por los suelos cuando algo sale mal. Es nuestra vida. Nuestro plan A, B y así hasta la Z.