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Autumn Comets – REALEJO, su último disco presentado en la Sala Sol

El pasado viernes 16 de Marzo pudimos ver al fin ver a Autumn Comets presentar su último disco en la Sala Sol de Madrid. Vimos cometas, estrellas o planetas girando alrededor del Sol (piropazo). Creo que no sólo hablo por mí, pude comprobar las caras, y sobre todo los ojos, de muchos de los que estábamos ahí.

Pero antes de nada, como casi todo concierto en la Sala Sol, la noche comienza echando la primera en el bar contiguo… ese que hace poco tiempo dejó de llamarse ca’ Agustín. Esa noche y en ese rincón daba de cenar a algunos componentes de esta banda de post rock madrileña, que más tarde dejaría flotando a más de uno.

Antes de ello, la gran Penny Necklace, a la que tuvimos el placer de entrevistar hace unos meses cuando presentaba su último álbum “La Luz” también en la Sala Sol, puso la primera capa de la burbuja que se iba a crear en la sala.

Comenzaban los Autumn Comets y abrían con la última canción de su último disco al que también da nombre, Realejo. Para quien no los conozca, esta banda lleva activa 10 años (con sus paradas y reactivaciones) con 4 álbumes a sus espaldas. Julián Palomo (voz y guitarras), Emilio Lorente, (guitarras), Gonzalo Bautista (teclados), Mario Pérez (bajo), Pablo Palomo (baterías y coros) y Manuel Moreno (viola, percusión) se han ido formando como grupo desde 2008. Autoeditaron Parederes en 2009, y 3 años más tarde A Perfect Trampoline Jump, contando con las colaboraciones de Russian Red y Micah P. Hinson.

Una genial composición y desarrollo de los temas perfectamente acoplados al directo, porque si he de destacar algo de ese viernes noche, fue la autenticidad del sonido.

En 2013 lanzan Moriréis en Camboya, de nuevo grabado en inglés como los anteriores albumes. Y no es que quiera dejar ver que es, bajo mi punto de vista, «la niña bonita», pero me parecen increíbles las progresiones de Baltimore y Eslovaquia.

Dos años más tarde publican We Are Here/You Are Not, en el que ya incluyen canciones en castellano. Quizá este disco fue un antes y un después de la banda y en él están más presentes las bases electrónicas.

Pero volvamos a esa noche y a que algo tendrá que ver el barrio de Granada que da nombre al último disco (cometas y planetas…). Casualidades de la vida que esa noche me acompañaba una granaína y una madrileña… y es aquí donde defiendo el papel de los amigos que se fían y se dejan llevar por el colega pesado que descubre un grupo y no para hasta conseguir que le acompañan a uno de sus directos. Luego volveré a este tema.

El segundo tema fue Sangre y Madera, quizá uno de los más melódicos y «pegadizos» del disco, que supieron enlazar a la perfección con Larsson para dar paso con las bases electrónicas a We Are Here/You Are Not.

Nos calmamos un poco con La Montaña vino a mí para continuar con Costa Tropical y el protagonismo de la viola en gran parte de la canción. Dieron paso a la gran y mítica Snakes at 3:00 A.M. con la que el público se unió a las palmas finales, incluidos los arrítmicos como yo. Y el momento de explosión en el cielo llegó con Eslovaquia… insisto, escuchad el álbum Moriréis en Camboya.

Volvemos al último álbum con Cortijo y con Nada nuevo bajo el sol (canción con la que me interesé por este grupo). Es curioso que tu mente se quede atrapado en una canción y que básicamente dependa del estado mental en el que te encuentres en ese momento.

Y en el momento de esa noche descubrí My Perfect Trampoline Jump… espero que me entendáis cuando empiezas a escuchar un grupo y te gusta, los ves en directo y acabas sabiéndote la discografía. Sabíamos que estaba terminando, y ya no recuerdo si fue cuando empezamos a marcar los ritmos a modo palma con Todos están esperando o  fue antes. Con el bis también descubrí Eastern Girl, con un aire más folk, para pasar al emotivo Viernes de dolores, dejarnos con los pelos de punta y rematar con Molina, Your were the light.

Y vuelvo al tema de los amigos pesados, me sentí obligada a invitar a un par de cervezas a mi compañía de esa noche, no como compensación porque sé que se lo pasaron como enanas… si no como agradecimiento por confiar en el criterio musical de otra persona.

Ese par de cervezas no duelen, es un pase gratis a conocer, a curiosear, porque es lo más necesario en estos momentos, la curiosidad. Basta ya de hincharse a colacaos para pegar 4 botes en un concierto en cuyo cartel siempre se lee más de lo mismo. Basta de sabernos las letras de esas canciones, descubrir un poquito y apoyar la música en directo diaria y no sólo de fechas puntuales. Es un precio más económico y mucho más agradecido, se llama cultura y diversidad. Se llama salas pequeñas y se llama cercanía, y parece que muchos tienen metido en la mente que sino es gratis no voy.

Es necesario un cambio movido por la inquietud y el aburrimiento de lo de siempre, así que mi mensaje es ese… dejaos Kontagiar por ese amigo pesado o por vuestro propio gusto, curiosidad e inquietud cultural y musical.