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[Crónica de Festivales-Low Festival17) Low Festival 2018, imperdible

No puedo hablar del Low Festival sin ser quizá demasiado subjetiva. Antiguo Low Cost Festival, el IPC nos afecta a todos, es uno de esos festivales a los que no te cansas de ir aunque vayan los de siempre, aunque no cambien nunca la infraestructura: VIP Pool, escenario Jägger y el otro pequeño que va cambiando de patrocinador… este año le tocaba a Wiko, dándonos grandes alegrías con bandas prometedoras. A lo de siempre, junto con la cantidad de guiris quemados vuelta y vuelta, le sumo ese recorrido de escenario principal (Matusalen) a escenario principal (Estrella Damm) que te hace perder 2 kilos cuando termina el festival… además del continuo proceso de deshidratación (carrillos incluidos, que se lo digan a las chicas con shorts) e hidratación al que te sometes por el clima y la gran calidad de la cerveza de grifo. Esa cerveza que te da igual que se escape por el agujerito del vaso que se une a la cuerda que se cuelga de tu cuello. Decid la verdad, en realidad hasta queréis que se derrame: 1) porque se ha calentado y no queréis más, y 2) porque ya de paso os refresca algo…

Centrándonos más en el cartel, es un festival que siempre merece la pena por las incorporaciones internacionales. El jueves, para calentar motores, ya parte del césped fue arrancado a base de saltos gracias a Miss Cafeina, Rusos Blancos y Miss Deep’in.

Para los que aún no estábamos en periodo de vacaciones, la incorporación al festival el viernes ya iba con ganas acumuladas. Si mi memoria no me falla, los conciertos de esta edición comienzan algo más tarde… creo que el calentamiento global también llega a Benidorm y los organizadores son conscientes de ello. Por lo que pasada la media tarde, Shinova abría el escenario con nombre de ron con un solazo de deslumbrada a la banda por completo, pero la voz de Gabriel de la Rosa deslumbraba todavía más.

Los sevillanos de Full comenzaban una hora más tarde casi solapándose ya con Corizonas en diferentes escenarios. De algo han servido las quejas de Javier Vielba sobre eso de que las bandas pequeñas inicien la tarde tan temprano… aunque las 21 pm allí se puede seguir considerando tarde.

Para mí, ese día el escenario de los emergentes fue de los mejores gracias a Naranja, Kokoshca y Biznaga. Una pena que siempre vayan solapados y que tenga que echar vistazos gracias a lo de «voy al baño, ahora vuelvo, no os mováis de aquí».

Los seguidores de Dorian ya podían ir haciendo ganas del próximo nuevo álbum de la banda, seguimos con Diez años y un día y entiendo esa impaciencia. L.A. sigue dando muestra este año de sus mejores directos, la verdad, nunca me cansan sino al contrario, incluso veo más actividad ahí arriba que en los comienzos.

Tocaba el turno a los grandes esperados de la noche, Pixies… ese momento de Where is my mind, miras a tus amigos (los mejores del grupo) y se cruzan complicidades (¿cuántas veces hemos visto El Club de la Lucha?). Nada más terminar toca marcarse los 300 metros lisos para llegar a tiempo al otro escenario y ver a Rooselvert (yo lo descubrí este festi y le seguiré más para mis ratos bailongos).

Llegan las 2 de la madrugada y el cuerpo ya te está diciendo «vas a bailar como una loca», vienen de seguido La Casa Azul, Varry Brava, !!! y Elyelladjs para exprimir toda la energía que te pueda quedar hasta que salga el sol.

Benidorm es lo que tiene, el festival lo puedes vivir de día… festival de guiris, playas abarrotadas y pintas baratísimas para combatir la resaca. Pero no sabes como lo haces que remontas y acabas otra vez a las siete de la tarde en el recinto del festival canturreando y mientras en la cola ya estás escuchando las primeras pruebas de sonido de la tarde.

El sábado sudamos la gota gorda con The New Raemon y McEnroe, yo no sabía que había código de vestimenta porque Ramón Rodriguez no se quitó la cazadora vaquera en toda la santa tarde… se lo perdono porque ese dúo me parece de lo más, me toca la patata de una manera única. Da igual que siempre se le olvide parte de la letra o se equivoque en un acorde, es parte del encanto de Ramón.

Cambiamos de escenario con prisa, yo no iba con tanta pero luego entendí a una de mis amigas. Nada Surf , me parece increíble que una banda con tantos años a cuestas siga haciéndolo tan bien y que podamos disfrutar tanto con ellos.

Neuman nos hacía permitirnos un brevísimo descanso a modo de sentada en el césped, sólo lo justo para no parar de dar saltos con el peor grupo del mundo, Sidonie la liaba tanto como de costumbre. Yo salía pitando pronto para ver a una de mis bandas preferidas de un tiempo a esta parte, creo que ya lo sabéis, pero Viva Suecia me tiene el corazón robaíto. He seguido sus inicios y me encanta ver hasta donde están llegando y lo que les queda…

El momento más esperado de la noche para muchos, Franz Ferdinand aumentó la probabilidad de seísmo en Benidorm. Sólo digo que merecía la pena verlo desde atrás por todo lo que nos hizo bailar. Momento de risas con Los Punsetes y sus características letras, apenas con una bocanada de aire más para la próxima locura. The Hives hizo que entráramos en estado frenético de energía total, su puesta en escena hace que queramos estar igual de pirados que ellos.

Me gusta este festival porque siempre he ido con mis amigas de toda la vida, de las de comer mocos como digo yo. Siempre buscamos un ratito para salir fuera e ir al bar de siempre a llenar el estómago y ya de paso aprovechar para hablar de cosas que solo cuentas cuando vas contenta, y total, ya te has rozado con todo quisqui pringada en sudor…

La noche finalizaba con Delorean, FM Belfast y Ley DJ, de nuevo, hasta que salga el sol.

Último día y no sabes como, pero remontas también. Me incorporé más tarde por esto de no ir cagando prisas, pero la tarde comenzó con el característico Agorazein… de momento silencio mis comentarios. La dulce Anni B Sweet continuaba para dar paso al estilo mix-shoegaze-punk-psicodélico de Triángulo de Amor Bizarro. Merecía prestar atención al escenario Wiko con los murcianos Nunatak, y en un pis-pas todo Benidorm viendo a Lori Meyers… todavía no había escuchado ningún directo suyo tras su tan comentado último disco En la espiral, pero para mí hicieron un combo perfecto de las canciones nuevas y de las de siempre, ¡bravo!

Fui de las que salí corriendo (como el que se levanta antes cuando termina un partido para no colapsarse en la salida de emergencia) pero tenía que ver bien cerquita a Xoel López y su banda, siempre lo digo, pero es que son verdaderos músicos. Como en los anteriores días, tocaba sesión de baile, esta vez con Mando Diao y por favor, ¡que no se acaben nunca! El baile y la locura continuaron gracias a Fangoria, ¡espectacular!

La noche finalizaba con El Columpio Asesino, los grandísimos Ojete Calor y la sesión de Ocho y Medio dj’s.

Ya os he dicho que es uno de mis imperdibles por las personas con las que suelo compartir este festival, esas personas que son capaces de acompañarte a un concierto a las 7 de la tarde con 40º a la sombra y con las que sigues acumulando experiencias y anécdotas año tras año. La próxima edición cumple el décimo aniversario, y no me pienso perder el Big Low.