Llevo unos días dándole vueltas al titular de este artículo… Creo que me he aproximado a la sensación que me traigo y no solo por mí, si no por toda la cantidad de viñarockeros y viñarockeras que tuvieron sus momento dulces y momentos amargos durante el festival, además de por el tiempo, que ya de por sí fue bastante crudo (LLUVIA-LLUVIA-rayito de Sol-LUVIA-LLUVIA…) Si no por diversos motivos que os iremos contando del festival.
¡Un Viñarock pasado por agua! iba ser el anterior titular, pero el tiempo me ha reposado toda mi vivencia que os voy a contar.
Los pasados 27, 28, 29 y 30 tuvo lugar en Villarrobledo (Albacete) la XXII edición del festival ViñaRock, y un año más Kontagiarte no podía perdérselo, vivimos en primera persona todo lo que aconteció en el Festival.
Los datos oficiales recogidos nos dicen que asistieron 200.000 viñarockeros, a lo largo de toda la jornada del Festival. 6000 personas viajaron en los autobuses oficiales, 800 personas alquilaron la opción «Glamping». El impacto económico en Villarrobledo ha sido de 17 millones de euros y este año se ha caracterizado por el «compromiso al reciclaje». La valoración en general por parte de la organización y organismos oficiales ha sido de «positiva y complicada», tanto por las inclemencias del tiempo (llovió sin mesura los 3 días que duró el festival) como por los excesivos y exagerados controles de la Guardia Civil, siendo ésta duramente criticada por los presentes, a pesar de «valorar y ser conscientes de la importancia de la seguridad ciudadana», se han excedido en los controles. «Este es un festival muy Pacífico» dijeron desde la organización y los organismos oficiales en la rueda de prensa del último día de festival. De hecho, a nosotras el primer día, recién llegadas, cámaras en mano y de camino a los conciertos nos cachearon hasta las pestañas… Me vino la canción esa de Los Delincuentes que dice «No llevamos ná…» pues eso mismo. En mi opinión, sí que creo que es necesaria la seguridad en un súper festival como Viñarock, pero también pienso que «unas veces tanto y otras TAN POCO», ya que hemos sido testigo de los numerosos robos, tiendas rotas, saqueadas y rajadas (sí sí, a punta de navaja), robo de mochilas en los propios conciertos y en el camping con TODA la ropa para esos días, tiendas levantadas….etc, etc… que se han ido sucediendo por el festival. De hecho un amigo nuestro vio cómo se les ocurría entrar a una tienda, y conocimos a chicos que también. A nuestra pobre amiga Sandra le cortaron la mochila también dentro del propio recinto…perdió su apreciado móvil… En fin, que… ¿seguridad? Según se mire.
¡Bueno! Voy a contaros lo bonico y genial del Viña, ¿os parece? Esto ha sido una crítica constructiva, además me limito a hechos que han sucedido allí, y los hemos contrastado, con el trabajo de campo que hemos hecho. Pues ahora comienza nuestra aventura:
Cogimos un tren destino «Villarockbledo» y en él ya se hacía patente y latente el sentimiento Viña: tiendas de campaña, neveras, botas de montaña, rastas, sillas Quechua, y un sin fin de equipamientos más. Jóvenes y no tan jóvenes con ganas de llegar, montar y disfrutar de los conciertos del primer día. Siendo conscientes de la que iba a caer (todavía no sabíamos cuando la señora lluvia iba a hacer su aparición) teníamos que aprovechar las horas «de sol» y así que recién llegadas, dejamos nuestro equipaje, y nos preparamos para adentrarnos en el Festival.
Pulseras puestas, y acreditación cogida, nos dispusimos a ver al grupo que, para nosotras, fue el más característico de esa noche. Hablo de «Sonido Vegetal» que siendo la primera vez que los veía en directo, no me defraudó en absoluto, y de hecho motivó el sentimiento viñarockero a todo los presentes! Nos dejó con la miel en los labios, una primera toma de contacto con todo lo que viviríamos esos días y que «deseandico» estaba de que fuese viernes tarde ya.
Fotografía by Kontagiarte (La Nieta de Carmen)
El viernes hicimos una selección de conciertos, ya que era imposible verlos a todos, me limité a no perderme los que tenía apuntados además de descubrir algunos que me sorprendieron gratamente!
Uno de ellos fue Ganjahr Family. ¡Me encantaron! No los conocía y flipé. Qué ritmo, qué buenas vibras y qué mejor que reggae para acompañarnos en lo que iba a ser un gran y precioso día.
Otro de nuestros imprescindibles fueron BOIKOT, que por más que pasen los años son uno de nuestros «fijos» para no perdernos su concierto. Justo esa mañana presentaron en Villarrobledo su corto “Jarama” que se llevó a cabo dentro de la programación del festival.
Ese mismo tema abrió su esperado directo además de mostrarnos su nuevo espectáculo audiovisual para sus conciertos. Hay canciones que siguen estando «vivas» y actuales por mucho que los años pasen, entre ellas destaco «Inés» «Sin tiempo para respirar» «Naita na» o su incombustible «Korsakov».
Sigue poniéndonos los vellos de punta su «Bajo el suelo» que sonó por todo el Festival al unísono, coreada, cantada y bailada por todos los presentes.
El siguiente grupo que no nos perdimos y que teníamos mil ganas de ver en directo, además, por lo que suponía, ya que sería su despedida de los escenarios, posiblemente la última vez que los veríamos juntos en concierto.
Ellos eran Canteca de Macao, que actuaron en el escenario principal interpretando “Acuerdaté” , “No llores”, el pegadizo “Nunca es tarde”, y no podían faltar “Así es la vida” y “Pa’l Sur”, con ésta última vimos un público especialmente emocionado.
“Alternativa libertaria” también se cantó y coreó por todos los presentes y sin lugar a dudas, será uno de los grupo que más de menos echemos en las próximas ediciones.
Fotografía by Kontagiarte (La Nieta de Carmen)
Salimos corriendo al Escenario Villarrobledo a ver el regreso de Mago de Oz, y es que, a pesar de que sus miembros se han cambiado, el público estaba deseoso de verles actuar, y pudimos comprobar que no cabía ni un alfiler entre los presentes!
Sin duda hubiera sido mejor colocarlos en otro escenario mayor, y con grandes dimensiones ya que hubo muchos asistentes que no pudieron verles ya que estaba completamente colapsado ese recinto.
Fotografía by Kontagiarte (La Nieta de Carmen)
Tras una jornada frenética nos fuimos a reponer fuerzas para un Sábado que prometía.
Uno de nuestros favoritos y que agradecemos inmenso verlo en los Festivales, ya que es un buen amigo que hemos visto crecer desde sus inicios, tocando por salitas y locales de todo el país, es El Kanka. Acompañado por sus inconfundibles El Manin y Alvarito Ruíz, les acompañó también en esta ocasión su banda al completo y es que, no era ocasión para menos.
Fotografía by Kontagiarte (Eva MG)
Un año más El Kanka volvía sobre el mismo escenario, el Escenario Negrita. Algunos de sus temas fueron para esa tarde lluviosa “Me alegra la vista” «Pudo Pasar», «Refunk» entre otros. Aunque cayese el diluvio universal (más tarde ellos mismos me confirmaron que lo vivieron también literalmente «empapados») el público estaba feliz, mojado por la lluvia y cada vez que se vislumbraba entre las nubes un rayico de Sol, al ambiente era de esperanza y alegría al ritmo de buena música.
Fotografía by Kontagiarte (La Nieta de Carmen)
Fotografía by Kontagiarte (La Nieta de Carmen)
No faltaron «Lo mal que estoy y lo poco que me quejo» y su himno «Qué bello es vivir«, una oda a la alegría ;)
Sin duda, El Kanka y su equipo se han convertido en parte de el «alma» de los Festivales mestizos y con buen ritmo.
El Kanka retrato by Kontagiarte (La Nieta de Carmen)
También nos encantó anteriormente el concierto de Lágrimas de Sangre, al cual teníamos muchas ganas de ver actuar en directo por primera vez.
Llegaba el domingo tras un sábado acuoso, nosotras ya estábamos deseando comenzar la jornada con uno de los grupos revelación, Mafalda. Marcos y toda su banda irrumpieron el Escenario Villarrobledo con muchísima garra y a pesar de ser el comienzo de la tarde, acabó lleno hasta los topes.
“Agua negra” “La llorona” o “En guerra” fueron las canciones más coreadas entre los presentes además, no desaprovecharon la oportunidad de hacer una reivindicación social desde el escenario, además de criticar el puesto de merchan del propio festival. «Atrevidos» pensé yo, pero seguro les ha servido para llamar aún más la atención de todos, por este gran descaro.
Fotografía by Kontagiarte (La Nieta de Carmen)
Otra de las grandes citas del domingo fue Amaparanoia, que volvían a los escenarios siendo uno de los «fijos» de nuestra selección musical. Tras una temporada con Amparo Sánchez, el grupo de reunía para festejar los XX años de “El poder de Machín” (1997).
Temas como “Welcome to Tijuana” o “La Fiesta” resonaban por todo el Viñarock, además de ser bailados por todos los asistentes, y es que con Amparanoia los pies danzan solos.
Pero sin duda, «el Jefe» al que queríamos ver, lloviese, tronase o cayese el Diluvio Universal, ese era KASE.O! Que además estrenaba disco y «El Círculo» por todo lo alto. Aquí tenéis nuestra entrevista por si queréis conocerle en primera persona un poquito más ;)
Bueno sigamos, quizá la selección de escenario fue demasiado pequeño, una bestia como KASEO y más, tras su regreso a los escenarios, debe estar en un estadios o algo así. Ironías a parte, sí que vimos como mucho público se quedó sin poder verle ya que estaba todo llenísimo y muy sobresaturado. Pero a pesar de los empujones, mereció la pena verlo en primera línea y disfrutar como nunca de El Círculo.
Fotografía by Kontagiarte (La Nieta de Carmen)
«Esto no Para», «Guapo Tarde» «Mazas y Catapultas» fueron los temas más esperados y también coreados. Javier Ibarra se enfrentó como un Javato a los leones que estaban ansiosos por devorarle, probarle y rugirle al tempo con sus canciones. Un Círculo que sin duda dará mucho de qué hablar.
Tras el Boss, fuimos a ver a ASPENCAT bajo la lluvia. A pesar de esta inclemencia de el tiempo, el público se sabía al dedillo todos sus temas y todos nos dimos un buen chaparrón de «Valencià». Sin duda es un grupo que tiene una garra y un enganche tremendo.
Fotografía by Kontagiarte (Eva MG)
Sin duda, uno de los «hits» fue «Quan caminàvem», y es que, sin duda, han hecho de esa canción todo un himno, incluso para aquellos que no entendemos el valenciano. Esos ritmos, esos matices, todos coreados a uno bajo la lluvia fue uno de los momentos más especiales del Viña 2017.
ASPENCAT by Kontagiarte
Tras ellos, teníamos un último concierto para despedir Viñarock 2017… Todavía nos quedaban fuerzas para vivir, con todos nuestros sentidos a punto y nuestros objetivos a FYAHBWOY. Sin duda, fue de las experiencias más bonitas de nuestra trayectoria y es que, terminamos el ViñaRock subidas desde el escenario, fotografiando al otro lado uno de los platos fuertes de la última jornada.
Fotografía by Kontagiarte (La Nieta de Carmen)
¡No cabía ni un alfiler! Y es que FYAH es mucho FYAH… Acompañado con su banda, pero él solo hacía pequeño el escenario.
Fotografía by Kontagiarte (La Nieta de Carmen)
Finalizamos VIÑAROCK 2017 con uno de los sabores más especiales que hay, el dulce.
A pesar de los contratiempos meteorológicos, el frío, la lluvia, el solapamiento a veces de conciertos y de cabezas de cartel que nos llevaba loca para poder llegar a todos a tiempo… tenemos una sensación muy especial de este viña. Más cercano, más intenso, y siendo una gran piña.
En esta edición, como os comentábamos al comienzo, han asistido más de 200.000 personas. Un impacto económico de más de 15 millones de euros y 1.400 puestos de trabajo para Villarrobledo. Un total de 141 bandas han actuado en el Festival. Diez escenarios a lo largo de todo el festival… Todo esto es lo que dicen los datos oficiales, que además podemos corroborarlo ya que era tangible el despliegue de medios que disponía este año el festival. En determinados conciertos bien es cierto que ni un alfiler podía caber entre el público, dícese en el concierto de Mago de OZ, KASEO (presentaba nuevo disco), con grupos míticos como Boikot, o a pesar de la tremenda lluvia la fiesta ni el público paró con La Pegatina, ni El Kanka.
Algo que ya resaltamos en nuestra Crónica del Viñarock 2016 y que nos volvemos a reiterar: «Cuatro días de convivencia entre hippies, punkis, rockeros, indies y personas sin etiquetas, que es lo que podría decirse del Festival. Un abanico de artistas y grupos bien diferentes entre sí, al igual que su música: de autor, rock, hip-hop (algunos con toques de electrónica), funky, mestiza, reggae… pero esto, esta convivencia y «mistura» brutal de estilos, géneros y personas es la riqueza del Viñarock.
Fotografía by Kontagiarte (La Nieta de Carmen)
¡Te esperamos con ganas ViñaRock 2018!