[Crónicas de Conciertos] Los Planetas, Zona Temporalmente Autónoma en el Teatro Price de Madrid
No eran ni las 8 de la tarde y los bares de alrededor del Teatro Price, al más puro estilo Amador, contaban con decenas de tercios apoyados en sus barras de metal. Camisetas POP, gafas de pasta que dejaban entrever cejas ya con alguna que otra cana… y bajando la edad media del perímetro colindante, otros fieles a los que les gusta agarrarse a épocas anteriores, bien por ir de «entendidos» o por realmente serlo. Prefiero no calificarme, pero estaba a un ratito de ver a Los Planetas.
Rollo prensa rosa, por allí andaba Antonio Arias (091, Lagartija Nick) que ya le tocaría a la salida firmar algún que otro vinilo de Los Planetas en el puestecito de merchan, acabó pareciendo la bolsa de caramelos de los Reyes Magos… Totalmente desplumado.
Apartamentos Acapulco fueron los responsables de caldear el ambiente, grupo también granadino que no te deja para nada indiferente, con influencias de My Bloody Valentine o Él Mató a un Policia Motorizado. Tras ellos la sala se fue llenando, pero un lleno de esos que da gusto, no sientes agobio, vas al wc en 40 segundos (contados) y tienes una cerveza en la mano en menos.
Todo a punto y en penumbras, con un par de focos que dejaban una leve ceguera a los que estábamos en primeras filas y una melodía con voces religiosas que reverberaba como si estuviésemos bajo unos arcos jónicos… así nos íbamos poniendo nerviosos, como momentos antes de encontrarte con un ex, porque al final y al cabo Los Planetas son un poco eso, un revuelto de emociones y recuerdos de las historias de cada uno.
Y así aparecieron Los Planetas, con unos acordes y la batería de Eric dejando entrever cual sería el primer tema… Los Poetas (Una Ópera Egipcia, 2010) para no romper con la luz y sombra con la que entraban al escenario, continuando con Soleá y sin perder el ritmo «santo» el tercer tema fue la preciosa Señora de las alturas… pelos de punta todos los que estábamos allí y ya metidos en esa burbuja en la que los pies no tocan el suelo.
Se dio paso a Ya no me asomo a la reja con la que poco a poco se iba cogiendo intensidad a golpe de baqueta, con la misma rabia con la que intentas dejar atrás algo, y reviviendo la inocencia de años pasados dieron paso a Nunca me entero de nada.
El siguiente fue otro de los temas del nuevo álbum, más pausado pero igual de profundo y haciendo referencia a la anarquía de los gitanos, Libertad para el solitario (yo no le temo a la muerte, le temo más a la vida porque no sé cómo voy a acabar). Fue el momento en el que sabes que necesitas más, y para eso no pudieron acertar más, Corrientes Circulares en el tiempo era la siguiente de la set list de esa noche. Una set list que, con la clásica actitud pasota del grupo granaino, no paraban de mirar para comprobar qué tema es es el que viene después…
Hierro y Níquel sería el siguiente tema de su último disco, basado en soleares de Aurelio Sellés y Manolo Caracol, siempre entre el amor y la desesperación. Volvemos al amor con Rey Sombra y al desamor y sus demonios con Santos que yo te pinté. Y por ello mismo es el momento perfecto de reflexión, copa y cigarro de J, parece que fue algo que la gente interpretó de invitación, así que la sala se llenó de «bruma»…
Ijtihad dio paso a dos de las parejas míticas de Los Planetas, David y Claudia y José y yo, ambos en el segundo album del grupo, POP (1996). Y ahí mi Jose de esa noche, mi amiga de mocos Irene y yo, sabíamos lo que había que hacer… saltar, crecer, y tocar lo más alto con lo que se venía después… Alegrías del incendio (La Leyenda del Espacio, 2007) cantándole a la más bonita de las mujeres. Volvemos a la calma con Zona autónoma permanente, pero por poco tiempo porque aparece sobre el escenario la pequeña de los Morente, Soléa acompaña en voz en Una Cruz a Cuestas, versionando versos del fandando de Manuel Vallejo al gusto de pocos con la mezcla de rock y flamenco.
La Bien Querida fue la otra invitada para interpretar con J No sé como te atreves y Espíritu Olímpico, muestra de ese cariño especial que se tienen y que dejaron ver con un abrazo de esos que abrigan al finalizar los temas. Sin cambiar de tercio, seguimos de paseo y amores por las cuevas del Sacromonte con Soy un pobre granaino (Ópera Egipcia, 2010).
La esperada Islamabad, dicen que interpretación de Young Beef, y que no logrará ser uno de los clásicos de Los Planetas al estilo La Caja del Diablo, pero una de sus mejores canciones tanto en letra y melodía que nos deja perlas como «Y le metes tu mierda de miedo en el hocico a los ignorantes y los corrompidos, a gregarios y serviles a los que has dormido con tele mala y con ansiolíticos pa’ quitarles lo poco que hemos conseguido…». Cada uno que lo lleve al campo que más le vaya, ya sea religión o sociedad.
Segundo premio (Una semana en el motor de un autobús, 1998) sonó con mucha fuerza, de nuevo cantándole al desamor, al rencor y a la rabia. Probablemente ya sería el cuarto bis del grupo y todos los que allí estábamos deseábamos que fuesen más, cuando sonó Reunión en la cumbre, no sé porqué me gusta tanto ese título… El siguiente tema nos hizo saltar, mucho. Pesadilla en el parque de atracciones hizo que se moviera el Teatro Price entero y más de un pulmón salió volando por los aires.
Pudimos coger aire con Amanecer y nos fuimos todos De Viaje, un viaje que esperemos que dure mucho o al menos toda este temporada de verano porque Los Planetas han vuelto, y como no sabemos por cuanto tiempo, al menos yo los voy a aprovechar bien esta temporada.
De momento ya han confirmado conciertos en diciembre, el 1 en el Sant Jordi Club de Barcelona y el 7 en el Wizink Center de Madrid. Además pasarán por los festivales Interestelar de Sevilla (19 y 20 de Mayo), Atlantic Fest (Illa de Arousa, el 21 y 22 de Julio), FIB (Benicasim, del 13 al 16 de Julio) y Contempopranea (Albuquerque, 21 y 22 de Julio).
Dentro de la madurez que se les puede atribuir a Los Planetas, está claro que este disco sienta las bases de donde se encuentran actualmente. El grupo de J, Eric, Florent y sus pasajeros (May, Banin, Fernando Novi, Banin…) han tardado 7 años en sacar un nuevo disco, pero lo han hecho como han querido.